Más de la mitad de la población mundial es bilingüe. Hablar más de una lengua tiene ventajas obvias en la comunicación. Numerosos estudios muestran que las ventajas son también mentales. Separar lo irrelevante de lo importante o cambiar con facilidad de tarea se da mejor a los bilingües desde la infancia. Pero también en la vejez tiene ventajas; los cerebros bilingües son más resistentes al paso de la edad y a enfermedades como el Alzheimer.
El lenguaje es una facultad humana fascinante. Permite compartir los contenidos mentales con otras personas. Es la ventana de la mente. A pesar de ser una de las expresiones mentales más accesibles, es sumamente compleja y está muy lejos de ser comprendida.
Hay 6.800 lenguas en el mundo. Muchas personas en el mundo hablan más de un idioma. En la actualidad el 66% de los niños del mundo son bilingües. El 56% de los europeos lo son. El bilingüismo es una realidad, no una rareza.
Hablar más de un idioma es, desde luego, útil para su función primordial, la comunicación. Pero también tiene ventajas cognitivas. Aunque no se puede decir que los bilingües sean más inteligentes, varios aspectos cognitivos parecen mejorar. La antigua idea de que el bilingüismo produce confusión está hoy descartada.
Alguna de las desventajas parecen claras. El rendimiento en vocabulario en un idioma concreto es menor en un bilingüe. Pero el número total de palabras es muy superior. Otra desventaja es que se tarda más en nombrar objetos. Es más fácil que la palabra se quede "en la punta de la lengua". Pero las ventajas compensan sobradamente.
Recibimos sonidos en secuencia y tenemos expectativas de las palabras que esperamos oír. Si oímos pat, pueden seguir pato o patata o patada. También los sonidos de otras lenguas se activan como patrol o patriot. Esto es cognitivamente demandante, cuesta esfuerzo y recursos cognitivos. El cerebro se entrena para ello permanentemente y obtiene beneficios. Mejora la atención y el cambio de tareas (multitarea). Disminuye también el deterioro cognitivo asociado a la edad.
El bilingüismo proporciona una mejor respuesta a situaciones confusas o conflictivas. Ello es debido a la habilidad para descartar los estímulos del otro lenguaje. Si presentamos una tarea que consiste en responder con la mano derecha a un estímulo que aparece en el lado izquierdo del campo visual, el rendimiento de los bilingües es superior. Otra prueba clásica es la tarea de Stroop. Consiste en leer un color que está escrito en otro color. Por ejemplo, se presenta la palabra "rojo" escrito en color azul. De nuevo los bilingües puntúan mejor.
A esto se llama control inhibitorio (separar lo importante de lo que no lo es). En el cerebro bilingües se da un mejor manejo de la memoria de trabajo y de las funciones ejecutivas superiores en condiciones exigentes. También proporciona una mejor respuesta en situaciones de ruido ambiental.
Pero las ventajas no solo se aplican a tareas lingüísticas sino a otros tipos de tareas. Bebés de 7 meses aprendieron que cuando se oía una campana, un muñeco aparecía en la parte derecha de la pantalla. A mitad del experimento el muñeco apareció en la parte izquierda. Los bebés monolingües tardaron más en darse cuenta que los bilingües. El cambio de estrategia sobre la marcha es mejor.
La plasticidad cerebral tiene unas ventanas de tiempo. Cuanto antes se aprende una segunda lengua, mejor. Pero nunca es tarde para aprender y beneficiarse. Aunque también sabemos que los bilingües pueden aprender una tercera lengua mejor que los monolingües la segunda.
Además el bilingüismo tiene beneficios en la vejez y en concreto en la enfermedad de Alzheimer.
Se llama reserva cognitiva a la diferencia entre el daño cerebral y su manifestación clínica. Con el mismo daño cerebral, una persona con mayor reserva cognitiva tiene menos síntomas. Se adquiere con la práctica mental, los estudios, los conocimientos y experiencias... Los estudios indican que la reserva cognitiva es mayor en las personas bilingües.
En un estudio con 200 pacientes de Alzheimer, los primeros síntomas aparecieron 5 años después en los bilingües (77,7 frente a 72,6) y el diagnóstico se produjo 4 anos más tarde (80,8 frente a 76,5).
Cuando se examinan los cerebros de personas muertas que han padecido Alzheimer, el daño cerebral de los bilingües es muy superior que el de los monolingües con los mismos síntomas. Es decir, los bilingües soportan mucho mejor que los monolingües el mismo daño cerebral.
Esto ocurre también en las personas que no se criaron en un entorno bilingüe sino en las que aprendieron un segundo idioma de adultos.
Aunque las personas bilingües tienen alguna dificultad mayor en ciertas tareas, los beneficios cognitivos se extienden desde la niñez a la vida adulta. Ser bilingüe es una gran ventaja para la comunicación. Pero también para el cerebro.
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