El cerebro es un generador de expectativas. Su valor adaptativo es innegable. Formulamos expectativas sobre la realidad (dónde estará mañana la caza o qué valor subirá en bolsa) y si acertamos obtenemos una recompensa (cazamos o ganamos dinero). Estas expectativas se generan en la mente de forma constante como un ejercicio mental. En música también las generamos y son inherentes al disfrute musical como bien saben los compositores.
Crear y romper expectativas, alternar la tensión y la relajación, sentir curiosidad por lo desconocido y sentirse cómodo en lo habitual son acontecimientos que abarcan la totalidad de la experiencia humana y que están presentes en la música. Aunque nuevos estudios revelan estos fenómenos, son algunos de los fundamentos de la teoría de la música que se enseñan en las escuelas.
En un experimento se midieron las ondas cerebrales de 20 sujetos mientras escuchaban distintos himnos. Las notas inesperadas (que rompían el patrón armónico) elicitaban una respuesta neural distinta que el resto y producían un pico de actividad cerebral.
La tonalidad es una expectativa. El compositor la plantea al principio de la obra, juguetea con la tonalidad durante toda la obra manteniendo el suspense, pero no nos la entrega completa hasta el final, resolviendo la tensión.
La música juega con nuestras expectativas, nos incita a realizar predicciones sobre qué nota vendrá después y nos enfrenta con nuestros errores. La música es una forma cuyo significado depende de su violación.
Lo conocido nos produce comodidad o aburrimiento. Lo desconocido provoca curiosidad o temor. O todo junto: me muero de miedo viendo una película de terror pero no puedo dejar de verla. De igual manera ocurre con la música. A veces deseamos la paz de una obra agradable que nos tranquiliza. Pero podemos encontrarla aburrida. Entonces recurriremos a una obra con sorpresas, disonancias y desafíos. Aunque puede llegar a producirnos desasosiego. No hay una fórmula mágica, tanto la tensión como la relajación tienen su momento y en su alternancia está el acierto.
La presentación de tensiones que sólo se resuelven al final es común a la música, a las historias que cuentan la literatura y el cine y a la vida misma.
La música culta occidental evolucionó violando las reglas una y otra vez hasta alejarse del gusto popular. Pero esa es otra historia.
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Leo la frase "el cerebro es un generador de expectativas", y recuerdo el libro On Intelligence, de Jeff Hawkins. En el libro planteaba eso mismo a nivel neuronal y yo -que no leí ningún texto de neurología- interpreté que era una forma novedosa de explicar el funcionamiento cerebro, en el sentido de que antes de ese libro no se pensaba que fuera así. ¿Es entonces la idea generalizada de la neurología actual? ¿Es algo que se inició últimamente, de lo cual Hawkings hizo eco? ¿Es algo muy discutido, habiendo otras interpretaciones contradictorias? Perdón se pregunto demasiado, pero es que estos temas me encantan.
ResponderEliminarGuille,
ResponderEliminarhe visto una charla de Jeff Hawkins muy interesante pero no he leído On Intelligence que tiene buena fama. No creo que el cerebro como generador de expectativas sea idea suya. La observación así parece indicarlo. Creo expectativas sobre cómo mi interlocutor va a acabar la frase, sobre si la pelota entrará en la portería, sobre las curvas de la carretera, y sobre el producto de mis actos y de los de los demás.
Aunque son un poco largas, te recomiendo las dos entrevistas a Álvaro Pascual-Leone que están en el blog.
http://sinapsis-aom.blogspot.com/2010/01/entrevista-con-alvaro-pascual-leone.html
y
http://sinapsis-aom.blogspot.com/2010/01/entrevista-con-alvaro-pascual-leone-ii.html
También una de Mariano Sigman, neurocientífico argentino.
http://www.youtube.com/watch?v=1y8hiuBUnV8&feature=player_embedded
Un saludo
Gracias, AOM. Sí, me vi esas entrevistas. Igual lo de Hawkins no es sólo que el cerebro es generador de expectativas sino que cada neurona lo es. Conceptualmente es un poco diferente, ya que hablamos de que 1) no habría un área del cerebro especializada en la tarea y 2) no se trataría de una propiedad emergente sino del pilar del funcionamiento de las funciones cognitivas. Como informático que soy (y Hawkins también lo es), la afirmación me parece muy sugerente porque me permite "vislumbrar" cómo eso interactuaría a gran escala y me "cierra" como mecanismo.
ResponderEliminarDebería leer On Intelligence para opinar. No he visto que cada neurona genere expectativas, sino que el circuito (tampoco una parte especializada, sino los circuitos) lo hace. Todo cambiaría en efecto si cada elemento del circuito lo hace. Lo cual creo que es más aplicable a la informática que deducible de la neurociencia.
ResponderEliminarAsí funcionamos efectivamente, creando expectativas. A la mente le cuesta detenerse en un estado, quizás por eso las músicas orientales como los ragas nos parecen a los occidentales relativamente aburridos musicalmente hablando. También las expectativas nos hacen "sufrir" en la medida en que no se cumplan o se cumplan siempre, por eso quizás la música nos transporta a esos planos deseados de cumplimiento o incumplimiento lo que nos permite evadirnos de nuestras responsabilidades diarias y disfrutar de las emociones "controladas".
ResponderEliminarMuy acertado JCH. Inquietud y gozo produce la música que nos acompaña toda la vida.
ResponderEliminarUn saludo