Atrapado en una tempestad en la que su compañero murió, Hugh Herr perdió las dos piernas.
Profesor del MIT, su obsesión ha sido crear (y probar en sí mismo) las más sofisticadas piernas prostéticas, mejores que las naturales si es posible.
"Entre mi muñón y el suelo puedo crear lo que quiera." Así, cuando va de escalada, cambia sus prótesis habituales por otras en forma de crampón, garras para las grietas o más cortas o largas de lo habitual.
Ahora ha creado PowerFoot "equipado con tres microprocesadores internos y 12 sensores que miden la fuerza, la inercia y la posición y ajustan automáticamente el ángulo, la rigidez y la amortiguación 500 veces por segundo. La fuerza viene de una batería recargable que se ajusta al paso humano."
El uso comercial con los amputados en guerras y accidentes es obvio.
es maravilloso, es para que se recupera a mi sobrino
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