Los ordenadores contienen circuitos eléctricos que suelen estar bien protegidos contra la humedad y el salitre. No obstante, si estos llegan a penetrar en su interior, los ordenadores tienen una tolerancia nula. Muestran un comportamiento binario: o se estropean sin remedio o no se ven alterados.
Los cerebros contienen circuitos sinápticos que están mucho mejor protegidos contra estos elementos. Los detectan sin embargo gracias a los múltiples sensores que poseen. Aunque nuestros cerebros se ven influidos por estos elementos, la tolerancia es muy grande. Toleramos, pero somos sensibles a la humedad, al salitre, a la exposición al sol y al aire libre, al cambio de hábitos horarios, al cambio de dieta, a la visión de grandes porciones de piel de nuestros semejantes, al ejercicio físico, a la lectura, a la ingesta moderada de alcohol, al cambio de las ideas que guían nuestro día a día...
Todo esto sirve para anunciaros que Sinapsis se va de vacaciones. Os deseo un verano en el que cambiéis los rayos catódicos por los solares y las pantallas de ordenador por el aire libre y en el que disfrutéis de unas intensas y beneficiosas vacaciones.
Nos vemos en Septiembre.
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